Titiritera chilena, perteneciente a una familia de tradición, es nombrada Miembro de Honor de UNIMA

Aquella niña de 13 años que, inspirada en los saberes de los padres, estrenara su primer unipersonal a los 13 años ha hecho, a través de su carrera, un aporte invaluable a la salvaguardia, transmisión y difusión del oficio tradicional que la acunó. Para que no quede duda alguna, UNIMA (Unión Internacional de la Marioneta) la ha nombrado MIEMBRO DE HONOR 2025.
En palabras de la propia ONG, con estatuto consultivo de la Unesco, los miembros honorarios son “personas distinguidas que han sido honradas por la UNIMA debido a sus excepcionales contribuciones al arte de la marioneta desde 1929. Como se establece en los estatutos de la Union Internationale de la Marionnette, las personas de mérito sobresaliente en el avance de la marioneta, cuyo trabajo alcanza reconocimiento internacional, son designadas como miembros honorarios de la UNIMA”.
El periodista Álvaro Álvarez fue a su encuentro para conocer cómo Eli recibió este nombramiento e indagar en su pasión, llevándola a contar anécdotas que rara vez se le escuchan.
¿Qué significa para Eli Guzmán este nombramiento?
Yo adoro el Teatro Tradicional de Títeres, fue lo primero que mis ojos vieron al nacer. Luego crecí en comunidad junto al folclor, la poesía y los títeres. Mi familia siempre potenció los talentos, uno de los míos fue el de “Relacionadora Pública”, esto permitió comenzar mi carrera de gestora cultural y productora además de folclorista y titiritera. Todos estos conocimientos me llevaron a viajar con una maleta llena de títeres y un teatrino por Chile, por Latinoamérica y algunos lugares de Europa, en esos viajes aprendí tanto que me animé a fundar el festival internacional “Candelilla trae los Títeres” con el objetivo de que la comunidad y demás titiriteros y titiriteras compartieran, conocieran otras idiosincrasias y otras escuelas de títeres. Fue un trabajo arduo, de hormiga, avancé sin mirar hacia atrás. Ese avanzar fue visto por mis compañeros de Unima Chile quienes me postularon a Unima Internacional logrando que se reconozca a nivel mundial toda mi labor nacional e internacional en el teatro de títeres. El nombramiento logró sorprenderme, emocionarme, me llenó de orgullo, coronó mi esfuerzo en mantener vivo el legado de mis padres. Esta distinción no es sólo para mí, esta distinción concentra a todas y todos quienes en Chile aman esta profesión dedicándole toda su gestión y desvelo.
¿Cuándo recuerda haberse interesado por el mundo de los títeres?
Como anécdota te puedo contar que mi madre y mi padre dicen que yo nací en la maleta. Un 24 de diciembre mientras el Tito y la Luchita actuaban, mi madre sintió sus dolores de parto, ella se fue a casa en silencio…la función debe continuar y el Tito terminó la función solo, éste al llegar a casa se encontró que ya venía el bebé y corrieron al hospital. Un tiempo después, junto a la bebé “Eli Guzmán” recién nacida, siguieron efectuando presentaciones de títeres y mientras actuaban acunaban a la pequeña dentro de la maleta.
Recuerdo que desde siempre mi interesé por el mundo de los títeres, hasta ahora éstos han sido y serán mi vocación de vida.
¿Cuándo y por qué decidió dedicar su vida al Teatro Tradicional de Títeres?
A los 13 años realicé mi primera presentación profesional. En un show de navidad actué yo sola con las marionetas de hilo y recibí mi primer sueldo. Ese gesto, hizo que comprendiera que podía trabajar en lo que más amaba “Cultivar el Teatro Tradicional de Títeres”, esos fueron mis comienzos.
Mientras iba madurando descubría, además, que con esta profesión podemos llenar muchos vacíos emocionales en las personas, podemos colaborar en sanar y facilitar a comprender ciertas temáticas. También esta profesión se encontraba muy mal reconocida, que compañeras y compañeros necesitaban organización y un mayor reconocimiento que les permitiera fomentar el producto de sus manos y anhelos.
Al visualizar necesidades y beneficios en el Teatro Tradicional de Títeres, decidí dedicar mi vida a varias tareas que permitieran generar sustento a mi profesión y a la vez generar cambios en ella.
¿Cómo recuerda su niñez en medio de una familia dedicada a este oficio?
Recuerdo una familia grande y entretenida, todas y todos jugando con títeres en cualquier momento, recuerdo a mi padre correr los sillones del living para enseñarnos a bailar Rocanrol y tango, también recuerdo los veranos en el teatro de la playa. Éste era con forma de Castillo diseñado por mi padre y construido por él junto a mis hermanos mayores. Allí lo pasábamos muy bien, en la mañana arena, mar y sol, por las tardes creando obras nuevas en el teatro entre todos mis hermanos y mi papá, mientras que mi mamá en la cocina con mi abuela preparando la once mmm tecito, pan con huevo y tomate. Después, nos dividíamos las tareas, justo antes de la función los más pequeños sacudían las bancas de la sala, los de mediana edad buscábamos y ordenábamos los títeres dependiendo la obra, los más grandes se encargaban de las escenografías de las luces y del sonido. Mi mamá, la luchita se quedaba en la boletería, ella genio y figura siempre.
También, siendo pequeña, me iba en gira con mi padre y con algunos de mis hermanos mayores, recorríamos villorrios muy apartados. En la escuela, yo, para justificar mi falta a clases, solicitaba autorización al director del establecimiento argumentando que mi papá tenía que viajar a dar funciones y era imperante que fuera con él debido a que yo era “la primera actriz” del espectáculo.
Son grandes y hermosos recuerdos, llenos de creatividad, alegría y anécdotas.
¿Qué me diría hoy, desde lo afectivo, pero también desde lo profesional de su papá y su mamá?
Entre mis padres y yo, existe una simbiosis perfecta que abraza lo profesional y lo afectivo. A ellos los veo con una mirada tierna, satisfecha por los frutos de todo lo vivido. El teatro de títeres Candelilla fue fundado por mis padres en el año 58, yo nací en el 62, hasta hoy es mucho tiempo que hemos vivido juntos, mucho tiempo de disfrutar, de vivir intensamente, de enseñar y aprender. Te diría que hoy agradezco infinitamente a mi padre y madre por su legado, por sus enseñanzas, por perdonar mis defectos, por pulir mis aptitudes y por darme 7 hermanos.
¿Qué siente cada vez que se sube a un escenario o se esconde en un teatrillo a mover sus muñecos?
Al principio de mi carrea unipersonal, todo era un desafío. Por muchos años tuve la barra muy alta, cada vez que emprendía mis colegas esperaban ver a mis papas no a la Eli Guzmán, otros consideraban que este trabajo era sólo para hombres, una mujer no podía andar sola por los caminos con un teatrino y maleta, debía estar en casa, cosiendo vestuarios, preparando la comida, menos aún, emprendiendo festivales y dirigiendo organizaciones. Lo más complicado fue la mala intención de algunas titiriteras que no admitían que fuera en contra las “reglas establecidas”.
Al reconocer y aceptar los desafíos, pude superar los obstáculos con determinación y perseverancia, logré se reconociera a la apasionada Eli Guzmán heredera de la profesión. El camino comenzó a cubrirse de rosas, muchas personas comenzaron a unirse, no sólo titiriteras y titiriteros sino que, estudiantes, profesionales, comunidad, instituciones.
Después de esconderme de las personas se vino disfrutar. Se vino agradecer estar orgullosamente escondida en el teatrino dándole vida a los muñecos que hacen al público soñar y emocionarse.
¿Cuáles de todas las funciones que exige el teatro de títeres le apasiona y motiva más?
Pregunta difícil, es que cada función tiene un proceso especial dependiendo para qué público, país, lugar o del espectáculo que se presenta.
Te quiero contar que, para el montaje de mi primera obra unipersonal, tomé una obra escrita por el Tito y la Luchita titulada “El Rey que no sabía sumar”, no me salía la voz del rey, le cambié el sexo quedando “La Reina que no sabía sumar” y solucionado el problema. La presentación que más me motiva y apasiona es una de mi autoría “Kuiyen sueño mapuche”, nació por mi deseo de crear una obra especialmente para al mundo infantil, en ella aprendieran de manera lúdica la cosmovisión del pueblo mapuche. La terminé en el año 2004 y estrené en el Centro Cultural Español de Lima Perú. Desde entonces la he exhibido por Chile, Latinoamérica, España, Rumania y Austria.
Has tenido un amplio trabajo en formación, ¿cuál es el motivo de querer enseñar y transmitir su oficio?
Como mencionaba al principio, crecí en comunidad recibiendo muchos saberes que no se encontraban en los libros, sino que se trasmitían de manera oral. Desde muy niña observé a amantes de la profesión golpear la puerta de casa para recibir la instrucción de este bello y completo arte. Comencé a impartir los saberes aprendidos en casa, en los caminos transitados por chile y el Extranjero. Llenándome de satisfacción observar como brillan los ojos de mis discípulos cuando fabrican e interpretan sus obras de títeres, especialmente niños y niñas. También, viendo en ellos el desarrollo del lenguaje, de la creatividad, la comunicación, como logran generar expresar sus emociones. Es genial darse cuenta de que, todo legado es un regalo de las generaciones pasadas que facilita nuestro rumbo y las vidas del atento público.
Si Eli creara un títere de sí misma, ¿cómo lo diseñaría, con qué técnica, con qué ropas, con qué expresión facial, en guante, bocona, movida por hilos como las marionetas?
Crearía una muñeca con técnica de Títere Gigante, con manos gruesas, una vestimenta ancha y de cálidos colores. Su cabello sería rizado, largo y muy negro. Su rostro de gusto moreno y con una sonrisa muy amplia, los ojos, brillantes y sin mecanismo ósea no movería ojos ni bocas. Sus manos gruesas se agitarían por varillas. La estructura del títere se alzaría con un soporte firme. Así sería mi imagen, la cual representaría lo grande, lo protectoras y luchadoras que son todas las mujeres.
¿Y en qué cuento le gustaría ser la protagonista?
Es una pregunta muy inusual, Hay una película en donde me gustaría ser la protagonista “Mulan”.
Escribí una obra tomando algunos sucesos de mi vida, fue para quitar la pena y frustración de mi corazón, no fue con intención de ser la protagonista, esta obra lleva como título “La Gata que se enamoró de un Lobo de Mar”.Entre mis poemas, hay uno que escribí motivado por un recuerdo de cuando era niña, en él soy una inquieta protagonista, este poema se titula “Niñez”.
NIÑEZ
- Corrí Corrí y Pum choqué –
Creo fue con el poste de luz,
Sí, él frenó mi carrera,
entonces, aparecieron ilusos pajaritos
rodeando mi cabellera.
Sentí dolor, pero, lo estaba
pasando tan bien, reí en vez de llorar
y grité con gran esmero
(viendo que los demás corrían)
¡Por mí y todos mis compañeros!
Ya en casa, mi abuelita
calentó mi leche y mi cama,
sentí sus manos y volé,
lavé rápido mis pies y cara,
bebí mi leche y me acosté.
Recordé los pajaritos…
¡Huy, huy! Una montaña dolorosa
sentí al tocar mi frente.
Volví a reír y a planear…
mientras ésta crecía persistente.
Escalaré por esta montaña bella
hasta tocar la luna y las estrellas.
Y así, soñando un nuevo día
me dormí esperando
sus sorpresas y alegrías
Fotos: Archivo Familiar Guzmán Flores